Al atardecer, las vacas regresan al campamento entre la niebla, el polvo y el humo de las hogueras donde se quema el estiércol.
Las cuidan con masajes de ceniza para protegerlas de las picaduras de los insectos, moldean sus cuernos para darles diferentes formas, se alimentan de su leche y sangre, se lavan con su orina y consiguen el tono anaranjado de su cabello.
La escarificación en la frente de los Mundari se realiza durante el ritual de iniciación. Mediante el uso de navajas se realizan cinco marcas sucesivas en forma de V, como referencia a los cuernos de las vacas